Los Lagos Sin Luz (VI)

09 junio 2006


En el Mar de los Sargazos
todo ocupó su lugar desde el principio.

En la zona de los Lagos sin Luz
no es permitida la entrada,
salvo a los custodios
de sus orillas abismales.

Allí el agua perdió su color
y hay que nadar a tientas.
El fondo no parece existir
y tampoco el horizonte.
Es una oquedad,
como una noche que nunca acaba.

Nadie sabe con certeza
cómo surgió este silencio oscuro
que a veces cruje y se retuerce,
pero no hay explicación para su dolor.
Es como un monumento inútil, sin sentido.
Una bóveda de vértigo y desmesura.

En esta mancha espesa nada crece,
nada se multiplica.
Como piedra líquida y helada.
Una desolación parecida
a una advertencia,
contraria a la alegría.
Una sima que se abre sin cesar
en un tiempo achatado por el olvido.

En sus profundidades están los restos
de una ciudad castigada
;
por ello, los habitantes de Sargonia
evitan pasar por esos lugares
y casi nunca hablan de su existencia
.



Aut: Manuel Orestes Nieto

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